Capítulo X
Los padres atónitos no podían creer lo que les contaban los doce sacerdotes, así que preguntaron sobre los ángeles.
Los sacerdotes les contaron que antes de crearlos formó al planeta tierra, después a su mansión, el lugar donde viviría él y sus ángeles. Después les describieron a estos los cuales eran grandes, fuertes y muy sabios. Había muchos en el palacio y en el mando un ángel llamado Lucifer.
Este último mencionado, era un ángel mas fuerte y destacaba por su hermosura, esto provoco que empezara a hablar sin pensar dijo que Dios era igual a él. Al oírlo hablar algunos ángeles le creyeron y lo seguían, lo honraban hasta convertirlo en su señor.
Había otro gran ángel, san Miguel que le inicio la guerra a él. Se impuso diciendo que nadie podría ser igual a Dios, que él era el único gobernante de todo lo que existía y nadie se le podría comparar.
Los vencidos fueron llevados a un lugar donde solo había noche convirtiéndose en demonios a los que los indígenas llamaban “tzitzimine”, cueletin. Y que también les llamaban tzontémoc “el que cae de cabeza”, tzonpachpul, “el de los pelos colgantes a modo de heno”.
Continuaron describiéndolos que eran tenebrosos, muy sucios, muy orgullosos, se burlan de la gente e iracundos.
Después de decirles esto les dijeron que sus dioses no lo deberían des y por creérselo eran demonios. Así termino la respuesta de los sacerdotes.
¿Quiénes eran los demonios de los que se les había hablado y que hacían en contra de los hombres y como se presentaban? A lo que los frailes contestaron.
Al explicarles como se formaron los diablos los sacerdotes les contaron el oficio de los diablos.
Los demonios a cargo de Lucifer eran odiados por todos, Lucifer dijo que comenzarían la guerra en contra de los “del cielo”. Atacando a los hombres que eran sus hijos.
Los sacerdotes les contaban como se les podía presentar el demonio desde niños como hombres grandes y fuertes hombres provocando que se peleen entre ellos. Por eso les mencionaban que no pecaran ya que hería el corazón de Dios el señor que les había dado la vida.
Los sacerdotes les dijeron que a los que llamaban sus dioses eran esos demonios, que a ellos eran a quien hacían oración, comían enfrente de ellos y les ofrecían sacrificios, que esos demonios eran solo sus enemigos, los que les hacían daño y los que los hacían miserables, y esto solo la hacían porque son sus enemigos de la guerra que engañan y son malvados con tal de ganar esa guerra que comenzó el demonio Lucifer.
Por supuesto que esto le costó trabajo aceptar ya que era su religión, y pensar que habían adorado a unos demonios, que eran las cosas horribles que les habían contado, no lo podían comprender.
Capitulo Xll.
¿Qué ocurrió con los ángeles vencedores y que tarea les ordenó que hicieran en la tierra?
Entendiendo poco a poco los padres se preguntaron cómo son los buenos ángeles y como el señor Dios ordeno que nos auxiliaran.
Los buenos ángeles los que eran hijos de Dios, los que vencieron el mal dieron agradecimiento a Dios por ser su gobernante, porque los había fortalecido, por haberlos auxiliado para vencer a sus enemigos, los que despreciaban a Dios.
Para lo que el señor Jesucristo les dijo que vinieran hacia él y que recibirían el reino para siempre que para ellos tenía dispuesto. Les prometió que siempre estarían a su lado alegres y felices.
También les dijo que ellos no tendrían que moverse de su lado que siempre estaría enfrente de su rostro, que a ellos siempre los amaría, les prometió que les daría gran sabiduría. Los haría guía de otros para que sigan sus pasos.
Premiándolos por su valor se volvió fiel de ellos, ganando su confianza y por lo cual obtuvieron estos privilegios.
De este modo Dios les dio como oficio que nos fortalecieran y que nos protegieran de los malvados diablos los enemigos y los que causan mal a la gente.
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