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sábado, 19 de marzo de 2011

Capítulos VII, VIII, IX

Capitulo VII.
Al estar en el dialogo los gobernantes y sacerdotes nahuas, los sacerdotes humillándose como gente del pueblo, dio la bienvenida a Cortes, diciéndole que llegaba a su ciudad. 
Los sacerdotes decían frases de reconocimiento y tolerancia reconociendo a los frailes como la divinidad.
Los sacerdotes nahuas daban la impresión de que hubieran aceptado la llegada del libro, la pintura celestial y la palabra divina.  
Los sacerdotes nahuas rechazan la propuesta por los frailes, ya que ofendieron a sus dioses. Los sacerdotes respondieron que ellos eran los que les dieron su norma de vida, ellos les enseñaron sus formas de culto. Ante ellos hacían  juramentos, así nos sangramos, pagamos nuestras deudas, quemamos copal, ofrecemos sacrificios. Los dioses nos dan nuestro sustento, nuestro alimento, todo lo que se bebe.
Ellos mismos son ricos, son felices, poseen las cosas, son dueños de ellas y siempre hay verdear en su casa.
Es bastante que hayamos perdido, que se nos haya quitado el mandato y el poder. Si en el mismo lugar permanecemos provocaremos que a los gobernantes los pongan en presión, hagan con nosotros lo que quieran.

Capitulo VIII.
Al estar en el dialogo los sacerdotes y los doce padres, los doce padres respondieron a los sacerdotes y  hablaron en seguida: no se preocupen nuestra palabra, como ninguno de sus dioses es verdadero, de todos los que veneran, a los que suplican. Si sus dioses fueran verdaderos ¿acaso no también notros los tuviéramos, acaso no también les pidiéramos nuestro sustento, nuestro alimento, acaso no estuvieran en todas partes, en la tierra, también invocados, suplicados? A si comenzaron a revelar a los sacerdotes quienes son los dioses que ellos adoraban.
Nosotros no inventamos lo que decimos, por que bien sabemos quienes son y quienes tenemos por dioses, sabemos donde y de que manera tuvieron principio, como era su corazón, su oficio, su voluntad y de donde vinieron todo lo haremos saber en “el libro divino” la biblia. Esta palabra es muy verdadera, ustedes no han hecho ninguna adoración desde entonces están ciegos, están sordos.
Pero ahora si no quieren escuchar la palabra de Dios mucho es lo que peligran, el castigo de Dios.
Al escuchar lo dicho por los padres los gobernantes les dijeron a los sacerdotes: que no se altere su corazón, ¿quienes son, como son, de donde vinieron a quienes tienen por dioses?
Los sacerdotes respondieron a lo dicho por los gobernantes que antes de lo pedido tenían que hablar de Dios.

Capítulo IX.   
Los sacerdotes y los doce padres continuaron con su coloquio, preguntando estos por el dador de la vida, los cuales respondiéndoles les explicaron que el señor Dios era el inventor de todo lo conocido pero él no inventó las pleitos y conflictos que tenían los hombres.
Señalan que el tuvo siempre el principio de crear la tierra lo visible y lo invisible y además que nunca tendrá fin que a Dios nunca le sucedería nada, en cambio el bienestar la riqueza siempre estarían con él.
En cambio la pobreza el odio la tristeza, la envidia nunca estaría con él, porque él solo era riqueza y alegría.
            Hablan a los sacerdotes a los padres de que su dios siempre estaba con ellos que nunca se apartaba de ellos prometiéndoles seguridad todo el tiempo. Les explican que el señor es poderoso y que puede ser lo que él quiera siempre y cuando lo desee.
Todo esto lo repiten de diferentes formas puesto de diferentes puntos de vista con tal de no dejar de hablar de su señor Dios
Los sacerdotes les contaron, que su señor Dios, fue el que les dio la orden de venir con ellos y no ellos que vinieron por órdenes de su rey. Ellos comentaban que solo venían para proclamar la palabra de Dios y que cumplirían sus órdenes.
En mi punto de vista esto era para convencer a los padres y que aceptaran repartir esta religión por su comunidad, pero por supuesto lo padres no se dejarían convencer tan fácil por ello insistían en mencionar los temas de una u otra forma.

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