Se empezó a construir en 1526 y se terminó en 1570 por Fray Juan de Alameda. Su estilo es plateresco, la dimensión del atrio es de 14,400 metros cuadrados, con planta rectangular de aproximadamente 60 metros lineales de longitud. Se describe que el patio es de grandes dimensiones, al centro hay una cruz de piedra y en sus cuatro ángulos se encuentran sus famosa capillas posas. La entrada tiene altas columnas clásicas, cuyos capiteles soportan una delgada cornisa para formar un alfiz. Esta decorado por el clásico cordón franciscano y siete anagramas en griego y latín; el interior es una sola nave. En los interiores queda una muestra de pintura mural al fresco, destacando el mural fresco de los encapuchados. La entrada al convento es por la portería anexa en el costado sur de la fachada principal del templo, presenta dos amplios arcos soportados al centro por una monumental columna, en el interior conserva íntegramente todas sus dependencias.
En el centro del atrio se encuentra una cruz atrial; desdichadamente no es la original (la original esta en el jardín de la población, ostentando en su cuerpo y sus brazos los símbolos de la pasión, la escalera, la esponja, lanza, dados, etc.) la que encontramos actualmente, es muy artística se compone: el pedestal, figura la corona de espinas y la cruz esta formada por ramas nudosas sobre las cuales aparecen las llagas de Cristo, tiene además una pequeña cartela con una ornamentación de motivos vegetales.
A lo largo de los muros del atrio, quedan restos de un “Vía Crucis”, que por su composición y ornamentación parece fue pintado en el siglo VXII.
Justino Fernández, hace una descripción muy significativa de este atrio:
“Las capillas posas en su cuatro ángulos conmueven, pues se encuentra uno en un ambiente propicio para la contemplación y frente a unas obras de arte arquitectónico genuino
No hay comentarios:
Publicar un comentario